Después de la interrupción con Barny salí pitando de la casa, sabía que iba a haber bronca. Contaba mis pasos, dos pasos hacia la derecha. No me podía creer que Luce no me hubiera contado nada.
Tres hacia la izquierda. Estaba embaraza y lo más importante de todo: estaba de Barny.
Cuatro en dirección recta.
Sabía también la charla de Clary y Angie, tampoco habían contado nada a nadie.
Diez pasos en diagonal, el espectáculo de Angie y Remy, tampoco lo habían mencionado...
Piso 16, subiendo.
-¿Nombre completo de agente? –decía la voz metálica femenina.
- Nadia Pedreño – dije seria y enfadada, mis amigos no me contaban nada, aunque yo tampoco les contaba nada.
- Por favor, deposite sus armas en el cajón que tiene a la derecha…- la voz metálica, siempre diciendo lo mismo.
Saque de mi chaqueta tres pistolas, de mi bota una navaja y de mi cabeza mi horquilla afilada, cuando las deposite en la caja, estas desaparecieron, dejándome ofensiva, aunque todavía sabía utilizar algunas llaves. Se abrió el ascensor.
Pasé caminando lentamente hacia la sala de entrenamiento. Como siempre, estaba oscura, llena de armas y el suelo tenía pintado rayas de colores, donde se suponía que tenía que colocarme y entrenar.
No se divisaba a nadie en la sala, así que me dirigí al vestuario, donde me cambié de ropa, me puse un top y unos pantalones elásticos negros. Cuando me recogí el pelo en una coleta, me dispuse a ir a encender el altavoz, donde puse: Hot Chelle Rae - Tonight Tonight .
Me coloque en la raya amarilla y salí corriendo hacia la raya roja, que estaba al otro extremo. Así lo hice sucesivamente. Iba pensando mientras corría.
Mis amigos me estaban ocultando cosas, no podía confiar en ellos: Barny y Luce iban a tener un hijo; Clary y Angie, habían tenido una conversación; Remy quería a Carter y a Angie… El único que se salvaba era Carter.
Necesitaban a una persona cualificada en la misión, una persona que conocieran a Angie, Clary, Luce, Remy, Carter y a Barny… Y solo tuvieron que hacerme una llamada por teléfono quedar en un sitio y revelarme su mayor secreto y su gran misión, dos meses más tarde acepté y ahora estoy mentida en la ONCA; organización nacional de captura de asesinos.
Cuando tenía 15 años mataron a un gran productor de discos llamado Lucían, resultó que éste era un gran traficante de joyas. El caso se quedó cerrado unos meses, pero volvió a restaurarse antes de que me hiciera famosa, con el grupo de Las Flowers.
En esos días, mi actual jefe; un señor de unos 43 años con un bigote gordo negro, una barriga llena de líquidos alcohólicos, un pelo corto y un acento finlandés, llamado Sebastián, me ofreció un trabajo. Ese trabajo iba a ser un trabajo difícil y complicado, pero sabía a lo que me arriesgaba, si me pillaban, cosa que no debía pasar, porque perdería a mis amigos y sin ellos…Bueno… no soy nada.
Sebastián me ofreció un trabajo que no podía rechazar, porque cuando había entrado en ONCA tenía que firmar un contrato donde tenía que aceptar todas las misiones que se me propusieran. Y con este jodido contrato, me obligaron a participar a encontrar al asesino de Lucían, que según las pruebas es uno de mis amigos… Por eso, tengo cámaras por todas las habitaciones, me entero de todo… De momento no he encontrado nada sospechoso de ninguno de mis amigos, estoy segura que ninguno de ellos es el culpable, pero no puedo dejar el caso, me tienen encadenada a este trabajo y lo peor de todo es que son mis amigos, no cualquier persona anónima que podría ponerles unas esposas si quisiera.
De repente apagaron la música.
Mi jefe Sebastián me miraba atento… Estaba agotada de tanto correr y sudada, pero lo devolví la mirada, odiaba aquel hombre.
- Nadia, no empecemos, ¡firmaste un contrato! – dijo tristemente.
- ¡Contrato que me obligaste a firmar! – grite furiosa. Era verdad, si no hubiera firmado el contrato, todo el mundo sabría que estoy en la ONCA y la gente me odiaría, ya que matamos a gente aquí.
-Vamos tenemos que revisar los videos y ¡tengo una sorpresa para ti! – me dice alegremente.
Paso a su lado sin mirarle y me dirijo hacia el cuarto de video, donde captura todos los videos que captan las cámaras de nuestro apartamento, que estas están colocadas en todos los cuartos. Vamos cada día para revisar si hay algo sospechoso pero nunca hay nadie, aunque Sebastián cree que si.
-¿No quieres saber la sorpresa? – me pregunta emocionado.
- ¿Me ves con cara de sorpresa? –pregunto secamente. Me mira mal, el pobre señor nunca ha tenido hijos y con ya 41 años, no creo que tenga, así que se desespera conmigo.
-¡Vas a tener un compañero con tu misión! – dice sin mucho entusiasmo.
-¿Qué? – pregunto enfadada.
- Lo que has oído Nadia.
-No, ni de broma – digo malamente – No pienso tener ningún compañero.
- Pues estas obligada – dice Sebastián tristemente. Bufo. ¿Es que no pueden dejarme tranquila?.
-No por mucho tiempo – digo sonriendo – el contrato acabara dentro de dos semanas.
- Ya será un lastima perder a nuestra mejor agente – dice mi jefe sinceramente.
Llegamos al cuarto de vídeos y ponemos los vídeos. En uno sale Carter hablando con Remy, se les ve pelear y entonces…. “Me tengo que ir” dice Carter. El mundo se me viene abajo solo quiero gritar, gritar a todos que no es justo. “No sé cuánto tiempo será… Y me iré con mi tía unos meses para relajarme un poco, estoy un poco agobiado y necesito desconectar del todo el mundo…” dice Carter a Remy.
Lo estoy contemplando y ya sé que con sus gestos está mintiendo. Pues la lleva clara si cree que voy a desconectar de él, sabe perfectamente que lo voy a amarrar a una silla con cadenas cuando pise mi apartamento.
Lo que no sabe es que le voy a sacar la puñetera verdad de una vez.
Él no me puede mentir y creerme, estoy bastante cabreada con él por esto último. Sebastián me mira con ojos abiertos, supongo que sospecha de Carter.
-Ya sé que estoy bastante buena…Pero me incomodas – le sonrió.
- La verdad si es que estas bastante buenas… encima llevando esas mallas… - dice una voz a mis espaldas. Me giro en redonda, me suena mucho la voz y entonces…
-Álex… – digo sin respiración.
Me está mirando de arriba abajo.
-El mismo... – dice riendo. Ahora soy yo la que mira a Sebastián con ojos abiertos.
-¿Qué hace el aquí? – le espeto.
- Es tu nuevo compañero de trabajo – sonríe – Tuvo una confusión y te entrevisto, en realidad tenía que espiar a Angie, pero se confundió de chica…. Miro Álex y una sonrisa a soma por mi boca.
-¿En serio? – Le pregunto divertida – Sebastián creo que te mintió, no pudo haberse confundido porque su “jefe” me llamo e insistió en que fuera yo. No Angie.
Me mira unos segundos y se vuelve a Sebastián.
-Es verdad…. Solo quería conocerla… - me guiña un ojo y se vuelve a la pantalla donde está la grabación de la conversación de Remy y Carter- Bueno… entonces ya tenemos a un sospechoso… - señala con el dedo a la pantalla donde esta Carter.
- No – niego con la cabeza- No tenemos ningún sospechoso… Carter no mato a Lucían y estoy completamente segura…
- Nadia, se que quieres a tus amigos, pero unos de ellos mato a Lucían y hay una pista que marca a Carter. Se va porque aquí en Londres no está seguro, sabes perfectamente que ha mentido a Remy, se ve claro – me dice Sebastián.
Le miro seria, y siento que Álex me agarra el brazo.
-Ni te ocurra… - me dice en susurros en mi oído.
- Ha culpado a uno de mis amigos… - apretó los puños y le echo una mirada asesina, ahora si que se ha ganado un puñetazo.
Me abraza por detrás y me saca de la habitación, disculpándose con Sebastián.
-Pequeña, tranquila… -me dice una vez que estamos fuera del la habitación de video- No es su culpa que tu novio se valla….
Le pego un puñetazo a Álex.
-No es mi novio…. – le miro mal. Álex ríe y se toca en la mejilla, donde le he dado el puñetazo. Se le está poniendo roja.
-Se te ve bien, cuando te pones agresiva…. – me mira con sus ojos verdes grandes.
Me vuelvo y me dirijo al ascensor, donde recojo todas mis armas. Álex viene corriendo detrás de mí y se coloca al lado mía dentro del ascensor. Le doy al botón para que me baje a la ciudad, hacia el aire y hacia la calle.
-¿A dónde vas? – me pregunta curioso.
- A averiguar dónde va Carter.
Salgo a la calle y me dirijo a mi apartamento.